Como tener una economía consciente

Para entender lo que es tener una economía consciente, vamos a situarnos en nuestra infancia, en el momento que queremos comenzar a caminar.

Todos sabemos que para llegar a hacerlo de forma natural y casi automática, hablar, hacer tareas, etc., (y todo al mismo tiempo) inicialmente tenemos que concentrar toda la energía y pensamientos sólo en dar este primer paso, luego otro paso,…y así sucesivamente, hasta que como decíamos, lo llegamos a hacer junto con otras tareas, casi sin pensar.

En nuestra economía, sucede lo mismo.

Llegar a una economía consciente, sería como integrar la economía en nuestro sistema y poder vivir tomando decisiones en coherencia con quienes somos, de forma mucho más intuitiva.

Para ello, la información y la organización nos ayudan en primer término a tener más claridad, esto nos facilita la toma de decisiones en la dirección que deseamos y como consecuencia se deriva en un torrente de emociones positivas para nosotros: sentirnos mejor, más felices, más libres, más tranquilos, más alineados con la experiencia que queremos vivir,… 

Sensaciones como estas son en último término, las que busca todo ser humano detrás de la mayoría de objetivos en el día a día.

Muchas veces no ha habido organización previa, nuestra mente se siente caótica, y sumamos un obstáculo ser más conscientes. No controlamos cuanto ganamos, cuanto gastamos, si tenemos ahorros, si tenemos deudas (o incluso el dinero que debemos) y sólo de pensarlo ya se nos pone un nudo en el estómago. Si a eso le sumamos la culpa inconsciente y sensaciones de haber cometido algunos errores con compras que ahora no les encontramos el sentido, acabamos teniendo un tremendo malestar que no nos deja avanzar.

Si somos capaces de dejar nuestros miedos de lado, nuestra culpa y ser humildes para ver la realidad, comenzamos de verdad el camino de la consciencia.

Es el primer gran paso, imprescindible y fundamental

Con humildad me refiero a dejar de lado las mentiras que nos contamos tipo: “salvo alguna cosilla, ya se lo que gasto”, “vivo despreocupado porque no me importa tanto el dinero”, “el dinero fluye sin problema a mi vida”,…

Si queremos alinearnos con lo que deseamos, tenemos que comenzar por ser honest@s. 

Si comenzamos la organización, desde la mentira, lo que haremos será más bien un control mecánico. Esto nos resultará un “tostón” y en breve lo acabaremos dejando porque no conectará con nuestras verdaderas motivaciones. Estaremos tratando los síntomas, pero no el verdadero problema y más importante que está en las profundidades.

El trabajo de revisión, puede llegar a ser intenso sobre todo al principio, porque a mayores de recopilar la información, saltarán todas las resistencias y emociones que estaban ocultas. Requiere comprensión con nosotros mismos porque la economía y las finanzas no es un tema que nos hayan explicado desde la facilidad ni desde la empatía, con lo que tenemos que abrirnos a una nueva experiencia.

Ser conscientes de nuestra economía es aprovechar nuestro dinero para darle sentido a nuestra vida, en utilizar la organización para tomar mejores decisiones, en ser capaces de ahorrar para dedicar el dinero a lo que nos apetece, en disfrutar comprando, y en definitiva, sentir que este flujo va en la dirección de nuestra vida. 

La recompensa no es un destino, sino un camino.

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